INTRODUCCION A LAS CARTAS PASTORALES (1 y 2 Timoteo; Tito)

      Al leer estas cartas nos encontramos con las preocupaciones de la Iglesia primitiva en los años que siguieron inmediatamente el martirio de los apóstoles Pedro y Pablo (entre 64 y 67) en Roma.
      Habían sido los fundadores de las Iglesias del occidente romano, las cuales se apoyaban en su testimonio, su autoridad y sus consejos. Cuando por el martirio acabaron su misión, repentinamente se tomó conciencia que la Iglesia debía cuidar de sí misma, no perder “el depósito”, es decir la fe auténtica, y organizarse de manera que no se desviara.
      Entonces se fijaron en las cartas que Pablo había dirigido a sus colaboradores Timoteo y Tito. Estas tres cartas son llamadas “pastorales” porque en muchos lugares recuerdan los deberes de los pastores de almas. Recalcan que los principales deberes de Timoteo y Tito serán:
– dar a cada Iglesia responsables capaces;
– mantener la tradición, o sea, la transmisión de las enseñanzas de los apóstoles.

      Trozos importantes podrían haber sido escritos no por Pablo, sino por otro después de su muerte, especialmente en la primera carta a Timoteo. La Iglesia no garantiza que sean obra sólo de Pablo, pero sí afirma, y eso es lo importante, que en su totalidad están inspiradas por Dios.
      No se sabe dónde ni cuándo escribió Pablo la primera a Timoteo: de todas maneras, fue después del año 63.