Todo lo dicho anteriormente indica el valor actual del libro de Ezequiel, especialmente donde la Iglesia es sacudida y a veces destruida por cambios culturales o sociales. En tal lugar, la gente se pone indiferente y los fieles van escaseando hasta que se cierran las puertas del templo. En otro país el gobierno prohíbe las actividades exteriores de la Iglesia. Ezequiel nos invita a descubrir nuestras responsabilidades en lo sucedido, a no mantener la falsa esperanza de una Iglesia considerada numerosa e influyente, y a prepararnos seriamente para tareas nuevas.