Está relatada en Hechos 12,25 – 15,34.
Pablo parte de Antioquía, enviado por el Espíritu Santo y los profetas de la Iglesia.
Al volver se dirige a Jerusalén en que se reúne el primer Concilio para decidir la actitud de la Iglesia referente a la situación de los cristianos que no provienen del pueblo judío.
“Tuve que viajar no sé cuantas veces con peligros en los ríos, con peligros de bandidos, peligros de parte de mis compatriotas, peligros de parte de los paganos, peligros en la ciudad, peligros en lugares despoblados, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos. Trabajos y fatigas, con noches sin dormir, con hambre y sed, en frecuentes ayunos, con frio y sin abrigo.” (2 Cor 11)