¿POR QUE NO SON IGUALES TODAS LAS BIBLIAS?

Sabemos que no son iguales todas las Biblias. La católica y la protestante son idénticas en cuanto al Nuevo Testamento, pero no en cuanto al Antiguo. La razón es la siguiente:
      Antes de Cristo, la comunidad judía estaba formada por dos grandes grupos y cada uno de ellos tenía su Biblia.

Los judíos de Palestina
– usaban la Biblia en idioma hebreo
– ordenada en tres categorías:
      La Ley
      Los Profetas
      Los Demas Escritos.

Los judíos del mundo romano (especialmente en Egipto)
– usaban la Biblia traducida al griego. La traducción más usadá era la llamada “de los setenta”
– ordenada en tres categorías:
      Libros Históricos
      Libros de Sabiduría
      Libros proféticos.

      La Biblia griega contenía todos los libros de la Biblia de Palestina, y además otros, llamados “deuterocanónicos”, o sea, libros “de la segunda colección”.
      Hasta la venida de Jesús, la comunidad judía no se había pronunciado definitivamente respecto de esas dos colecciones. Solamente el año 95, después de Cristo, un congreso de los fariseos en Jamnia tomó la decisión última. Aceptaron libros que todavía eran discutidos aun en Palestina, como Crónicas y Esdras, pero rechazaron todos los libros [proprios] de la Biblia griega.
      En realidad, en ese momento ellos ya no tenían la autoridad que viene de Dios: la Iglesia existía y a ella le correspondía decidir con la ayuda del Espíritu Santo. Ella también se preocupó por su “canon” o sea, “lista” de libros que fue precisado por el Sínodo de Roma con el Papa Dámaso en el año 382. Esta lista abarcaba la mayoría de los libros propios de la Biblia griega.
      En el siglo XVI, los protestantes pusieron en tela de juicio las decisiones de la Iglesia primitiva. Prefirieron conformarse al decreto de los fariseos del año 95, y rechazaron los libros deuterocanónicos, o sea, propios de la Biblia griega.