INTRODUCCION A LOS PROVERBIOS

      Cada una de nuestras jornadas trae mil hechos y conversaciones aparentemente sin importancia. Sin embargo, el que se esfuerza por recordar cada noche por lo menos uno de esos “hechos de vida” y se fija en él, tendrá una rica materia para reflexionar y profundizar el sentido de su existencia.
      Así nació la sabiduría en Israel. No tenían entonces, como nosotros ahora, la luz de Cristo que nos permite juzgar hechos y acontecimientos. Sin embargo, las observaciones concretas de la vida originaron la reflexión de los educadores en Israel. Por ese camino empezaron a ser gente más responsable y previsora.
      Estos proverbios forman los capítulos 10-31 del presente libro.
      Salomón había dejado la reputación de Maestro en Sabiduría y le atribuían numerosas sentencias y refranes (v. 1 Reyes 4,29). Por eso, pusieron bajo su nombre la presente colección de Proverbios, que seguramente no vienen todos de él.

      El Libro de los Proverbios empieza por una primera parte (capítulos 1-9) que fue escrita mucho más tarde, como en el siglo II antes de Cristo. Entretanto, la reflexión de los maestros de Israel había progresado. Habían entendido que los conocimientos del hombre responsable lo hacen participar de una sabiduría muy superior que viene de Dios mismo. El hombre debe alimentarse de la Palabra de Dios, fuente de la verdadera Sabiduría. La cumbre de esta contemplación de la Sabiduría divina está en el célebre cap. 8.