Tito, al igual que Timoteo, es uno de los delegados de Pablo, consagrados oficialmente para el servicio del Evangelio por toda la vida, y por eso visitaban las Iglesias con la misma autoridad del apóstol.
Tito fue encargado por Pablo de las misiones más delicadas (v. 2 Cor 7,6 y 8,6). Esta carta le fue enviada después de la primera cautividad de Pablo en Roma, o sea por los años 63 a 65.
Esta carta se comentara poco, ya que es semejante a las cartas a Timoteo.