¿Por qué tantos sufrimientos en la vida de la gente buena?. Job es uno de ellos y se atreve a interpelar a Dios en una interrogación, que llena los cuarenta y dos capítulos del libro; pregunta angustiosa, aguda, sin miedo, de sinceridad total, que va hasta el fondo del problema.
El escándalo de Job viene de que cree en Dios y que éste, justo y bueno, lo hace sufrir injustamente. Este Dios es poderoso y sin embargo calla cuando Job lo llama. Al encontrarse Job solo y despojado de todo, comprende mejor que sólo Dios lo puede salvar, pero entonces Dios no responde.
Frente a esta protesta de un hombre que sufre, los amigos de Job, escandalizados, lo quieren calmar con palabras piadosas, pero Job rechaza esta solución de parche. El dolor del hombre solo, enfermo, herido, destinado a la muerte exige una respuesta de su creador. Esta atrevida actitud de Job es la de los hombres de fe, en busca de la verdad. El profeta Habacuq también pedía cuentas a Dios sobre las injusticias que reinan en la tierra.
El punto de partida del libro de Job es un cuento popular que encontramos en las primeras páginas y en la última (1,1-2,13 y 42,10-17): la historia del santo hombre Job. Yavé lo había puesto a prueba, quitándole todo, y a pesar de eso se había mantenido firme, confiado en Dios que siempre premia al justo. Y al final, Dios le había devuelto todo. Por supuesto que esta moraleja era un poco simple. Entonces el autor del que no conocemos el nombre desarrolla este ejemplo de Job en los diálogos de los capítulos 3-41. Ahí Job grita su escándalo frente al sufrimiento no merecido, y sus tres amigos le oponen las respuestas de los sabios de su tiempo. Al final Yavé elogia a Job que fue lo suficientemente valiente y creyente para dirigirse personalmente a él.
También se notará que Job no es israelita sino un justo que vive en país pagano y no forma parte del Pueblo Santo. Es que su problema, el dolor, no es propio de los creyentes sino que común a todos los hombres.