El profeta Habacuq es el primero que se atreve a pedir cuentas a Dios. Desde siglos atrás la fe proclamaba que Yavé hace justicia. Esta justicia, sin embargo, no siempre es clara. Después de muchos que callaron sus dudas, Habacuq es el primero de los escritores de la Biblia que pregunta con osadía: ¿por qué deja Yavé que triunfe la injusticia? Y ¿por qué castiga al injusto y lo reemplaza por otro peor?
Habacuq pronunció sus oráculos en los años 605-600 cuando Nabucodonosor, después de destruir la cruel Asiria, se volvía prepotente a su vez y saqueaba la tierra de Israel.
La respuesta es doble:
– Yavé guarda el secreto de su manera de gobernar al mundo y solamente pide que nos mantengamos fieles: El justo vivirá por su fidelidad.
– El profeta contempla la gloria de Yavé que juzgará al final.