EL ANTIGUO TESTAMENTO

      La Biblia se divide en dos partes: la Antigua y la Nueva, que corresponden a dos etapas de La Obra de Dios en el mundo. La Biblia habla de dos Alianzas de Dios con los hombres, y la palabra que usa para decir Alianza se puede traducir también por: Testamento.
      En tiempo de Moisés, Dios vino a libertar a un pueblo oprimido, Israel, para que fuera en adelante su propio pueblo, al que dio la tierra de Palestina. Esa fue la Primera Alianza, y los libros que nos relatan esta trayectoria forman el Antiguo Testamento.
      Pero, al cabo de esta primera etapa, Jesús nació en Israel para salvar a toda la humanidad. Al morir en la cruz, selló con su propia sangre la Nueva y definitiva Alianza de Dios con los hombres y, en los años que siguieron, los testigos de su Resurrección empezaron escribir los libros del Nuevo Testamento.

¿POR DONDE SE DEBE EMPEZAR LA LECTURA DE LA BIBLIA?

      La respuesta es clara: debemos empezar con el Evangelio en que nos encontramos directamente con Cristo que es la Luz, la Verdad y “La” Palabra de Dios.
      Por supuesto, las páginas del Antiguo Testamento contienen muchas enseñanzas muy importantes. Sin embargo, el que las lee después de haber oído a Cristo las comprende mejor y les encuentra otro sabor. Es que son Palabra de Dios y no entregan a cualquiera su riqueza; sólo Cristo nos ilumina su sentido profundo.

EL ANTIGUO TESTAMENTO

      En el Antiguo Testamento se busca la historia del primer pueblo de Dios, Israel, la cual tiene su partida en la Salida de Egipto relatada en el Éxodo.
      Sin embargo, cuando los israelitas escribieron su propia historia, pusieron antes del Éxodo otro libro llamado El Génesis (Génesis significa: Los Orígenes) en el que se reunieron sus recuerdos y leyendas referentes a sus antepasados y a los orígenes del mundo.
      Los dos primeros capítulos del Génesis contienen dos poemas, o relatos, llenos de enseñanzas profundas sobre la Creación del Mundo y de la Humanidad.
      Conviene aclarar dos términos:
      – El pueblo de Dios se llamó al comienzo Israel. También la Biblia dice: “los hebreos”. Más tarde se llamaron comúnmente: “los judíos”.
      – En aquel tiempo llamaban YAVÉ a Dios (ver Éxodo 3,1 42). Algunas Biblias escriben Jehovah, que es una deformación de Yavé.