Israel es el niño mimado de Dios, en otro tiempo lo sacó de Egipto, y desde aquel entonces viene llamándolo y tratando de atraerlo hacia si, mas Israel sigue su conducta depravada, que le acarreará castigos. Yavé ama como una madre, pero sabe corregir como padre. No destruirá, sino que, después de la prueba, conducirá a su hijo a su verdadera patria.
Esta es la eterna historia.