Anotación a Jos 3, 1

      El Jordán es el límite natural de Palestina por el este.
      El paso del Jordán es la entrada a Palestina, como el paso del mar Rojo fue para los hebreos la salida de Egipto. Los dos acontecimientos, ambos milagrosos, se unen en una misma significación: los hebreos pasan por las aguas para nacer a su vida nueva de pueblo de Dios. En estos hechos, vemos como la imagen del bautismo.
      Se cuajaron las aguas formando como una represa muy lejos de aquel lugar. Dos o tres veces, en los últimos siglos, se produjeron semejantes derrumbes de terrenos en el valle del Jordán más arriba dé este sector, que dejaron seco el río, por espacio de algunas horas, hasta que la corriente venció el obstáculo. Así, pues, el milagro consiste en que esto haya sucedido en el momento en que Josué con el pueblo esperaban que Yavé les diera la pasada. Para cumplir una promesa increíble, Dios utiliza las causas naturales.

      Es fácil ver que el libro recoge tradiciones que no concuerdan en todo. Así, respecto de las de piedras: en un lugar se trata de doce piedras sacadas de Jordán y que serán dispuestas en el campamento de Guilgal; en otro, son doce piedras puestas en e! Jordán.
      En realidad, parece que esas dos afirmaciones tratan de explicar la presencia en Guilgal de doce piedras grandes que formaban el centro de un Lugar Sagrado. Este ya existía antes de la llegada de Josué y era de origen pagano. Pero después de la conquista, se trató de darle una significación religiosa de acuerdo con la fe. Ya notamos esta actitud en Ex 12,15
.

      ¿Qué significan para ustedes estas piedras? ¿Qué significa tal  monumento, tal fiesta? Y cada vez se contesta narrando algún acontecimiento en que Yavé había socorrido a su pueblo. Con semejantes preguntas se enseñaba la fe en Israel; el israelita no sabía mucho de religión pero sí, cada lugar de su país le recordaba que Dios era el salvador de su pueblo.
      Josué establece su campamento en Guilgal. De ahí organizará sus asaltos, y lo veremos volver a Guilgal después de cada victoria, antes que se reúnan las fuerzas cananeas.