Anotación a Jn 4, 46

      Esta es la segunda señal milagrosa que hizo Jesús. Tiene mucha semejanza con la curación de que se habla en Lucas 7, 1.
      Si no ven signos y prodigios, no creen. El reproche de Jesús se dirige, no al funcionario que luego demostrará tanta fe, sino a los judíos y a nosotros. Jesús hace milagros que lo confirman en su misión, pero al mismo tiempo recalca que deberíamos reconocerlo solamente con verlo y oírlo. Los que se aman, ¿exigen milagros para confiarse el uno al otro? Los que se entusiasman con algún líder político o por alguna doctrina ¿presentan pruebas irrefutables? Si somos hijos de la verdad, debemos reconocerla con solo oírla.