Anotación a Jer 31, 31

      Aquí se debe destacar el párrafo 31,31-34, en que Jeremías entrega todo su mensaje. En las horas tan amargas que conoce el pueblo judío, Dios revela y Jeremías proclama la Nueva y Definitiva Alianza entre Dios y los hombres.
      Yo pactaré una nueva alianza con el pueblo de Judá. Los judíos se sentían orgullosos de haber sido elegidos por Dios que les había concedido su Alianza, y con ella se sentían seguros. Pensaban que con observar mal o bien los mandamientos, Dios los mantendría en esa Tierra Prometida de Palestina.
      Ellos quebraron mi alianza. En realidad, esta alianza celebrada entre Yavé e Israel en el Sinaí ha fallado, no por falta de Yavé, siempre fiel, sino por la de Israel. Pero no se trata de renovarla como lo habían hecho tantas veces Josué, Samuel, Ezequías, Josías. No es el caso de celebrar otra semejante. La alianza antigua debía necesariamente llevar a un fracaso, ya que el hombre es pecador e incapaz de salir de su pecado (v. Jer 10,32). La Alianza o Ley de Moisés proponía claramente a Israel el camino de la justicia y a pesar de esto Israel no lo siguió. Así debía darse cuenta que el hombre no puede hacerse justo ni acercarse a Dios por sus propios esfuerzos (v. Rom 3,20). La historia de Israel, de Moisés al Destierro, fue una serie de pecados, a pesar de su buena voluntad (v. Hebreos 10).