Anotación a Hech 4, 32

      Aquí Lucas realza otra vez las virtudes de la primera comunidad, insistiendo sobre su esfuerzo por poner todo en común.
      Jesús no lo había pedido; eso lo hacían, sin embargo, empujados por ese deseo del verdadero creyente de suprimir todas las barreras entre hermanos, especialmente las que levanta el dinero. Pero el poner en común los bienes requiere, además de espíritu desprendido, cualidades de responsabilidad y de organización. Los creyentes de Jerusalén vivían en un tiempo en que no se daba bastante importancia al trabajo y a la previsión, y gastaron rápidamente los bienes, sin que se preocuparan por trabajar, llegando a ser los “pobres de Jerusalén”. Al leer las cartas de Pablo vemos como él tuvo que organizar más tarde colectas en favor de ellos en las demás Iglesias (v. 2 Cor 8).