Anotación a Hech 18, 1

      Corinto, principal puerto de Grecia, 600,000 habitantes, de los cuales 400,000 esclavos, capital de la provincia de Acaya, centro religioso, comercial y cultural. Innumerables templos y millares de prostitutas que los sirven. Ciudad famosa por su lujo y su corrupción. Ahí va Pablo y se queda dieciocho meses hasta fines del año 52. Esta es una fecha precisa: la historia nos dice que Galión fue gobernador de Acaya durante el año 52.
      Aparece el matrimonio de Aquila y de Prisca. Muy posiblemente eran ya cristianos, pero el decreto del emperador había expulsado de Roma a todos los de raza judía. Quizás, el decreto motivado por los “disturbios que originaban los judíos”, según los historiadores paganos, correspondía a discusiones entre judíos y cristianos. Así pues, Roma habría recibido el Evangelio antes del año 50, no sabemos por medio de quién.
      Aquila y Prisca se pusieron con sencillez a disposición de Pablo para ayudarlo; lo ayudarán en otras oportunidades, con la disponibilidad natural de quienes no se sienten amarrados a una ciudad o a un pueblo.
      Nótese lo que dice Cristo en la visión. Los obstáculos no desalientan al apóstol. Sabe que ordinariamente el demonio multiplica las trabas cuando uno pisa su terreno, al temer que se le arrebate su dominio. En ese centro de corrupción, la gracia será más fuerte. Entre esa gente materializada, Pablo logra conversiones. La Iglesia de Corinto llevará los rasgos de esta ciudad, bastante original. Creyentes entusiastas y prontos a cualquier sacrificio, pero, de repente, se producen escándalos y divisiones.