¿Piensas que podrán vivir estos huesos? Esta página anuncia la restauración de Israel, muerto en dos sentidos:
La derrota y el destierro lo han destruido como pueblo. También, al vivir en sus crímenes y sus prácticas paganas, se apartó de la vida en el Espíritu, y ya antes de destruido era para Dios un cadáver.
Se han secado nuestros huesos. Los huesos secos y dispersos representan a Israel en su postración. Sobre ellos, sin embargo, sopla el Espíritu de Yavé (espíritu es la misma palabra que viento) y se levantan.
Esta profecía no se cumplió totalmente cuando volvió el pueblo judío a tu tierra. Los libros de Esdras y Nehemías, así como los últimos libros de la Biblia, nos dicen que ese restablecimiento fue siempre precario. Habían vuelto y se habían reorganizado y no nacía todavía el pueblo nuevo.
El apóstol Juan (v. Juan 5,25-28) nos muestra cómo Cristo cumple la presente profecía:
– resucita a los hombres cuya vida está muerta y presa del pecado.
– resucitará a su pueblo en el último día.
Voy a hacer entrar mí espíritu en ustedes y vivirán. Ezequiel habla para todos los tiempos; su palabra vale para el que mira su propia vida poco generosa y su fe débil; vale para el que vio fracasar sus ilusiones y le falta el ánimo; vale para el que se entristece al ver su comunidad cristiana fría y poco apostólica.