Anotación a Ex 40, 34

      La nube es el signo de la presencia de Dios. Cuando se inaugure el Templo, siglos más tarde, también lo llenará la nube (1 Reyes 8,10). La nube cubrirá a Jesús en su Transfiguración y lo ocultará en su Ascensión.
      Vale notar estos signos que a la vez ocultan y manifiestan a Dios.
      La nube acompaña al Pueblo en el desierto. Dios está con ellos en forma velada pero real.