La misión de Israel es en adelante la de servir a Yavé. El culto religioso no es todo, puesto que Yavé pide que le sirvan con la manera de vivir y de cumplir todos sus deberes. Es, sin embargo, una parte insustituible del servicio de Dios. Cada pueblo y cada época tienen ritos, signos, lenguaje, para celebrar el culto religioso. Los ritos del Antiguo Testamento ya no tienen interés para nosotros. En estas condiciones, poco nos interesan los capítulos 25-40 del Éxodo, referentes al Santuario del Desierto: al leerlos, sin embargo, descubriremos algo de la mentalidad y de la fe de. Israel.
Siglos después de Moisés, las tradiciones del pueblo hebreo recordaban cómo en el desierto una tienda guardaba el Arca de Dios. El arca era una caja de madera preciosa que contenía las Tablas de Piedra, en las que se había grabado la Ley, junto con un poco de maná y otros recuerdos de las maravillas que Dios hizo en el desierto.
Cuando los sacerdotes de Israel redactaron los presentes capítulos, el Pueblo de Dios tenía en Jerusalén un Templo maravilloso para guardar el Arca. Les agradó pensar que la Tienda del desierto había tenido alguna semejanza con el Templo; con toda intención le dan dimensiones que son la mitad del Templo de Jerusalén. Y pensaban que Moisés había fabricado esa tienda, siguiendo al detalle las instrucciones del mismo Dios.