Los acontecimientos más importantes de la Biblia son a veces los más brevemente relatados. Al pie del monte Sinaí se firma la Alianza entre Dios e Israel. Dios por su parte escoge a Israel como su pueblo y promete darle una tierra. Israel se compromete a obedecer a Yavé.
Esta alianza regirá la vida de Israel. Solamente seis siglos después, los profetas, al ver la continua violación de dicho pacto por parte de su nación, empezaron a anhelar y a anunciar una nueva alianza en la cual Dios cambiaría la mente y el corazón de sus fieles, para que lo sirvan sin faltas ni infidelidades (v. Jer 31,31).
Hay dos escenas que se juntan en la celebración de la Alianza:
– Moisés y los responsables de Israel “ven” la gloria de Yavé sobre el Sinaí.
– A su vuelta, el pueblo firma la alianza mediante un sacrificio solemne.
El pueblo permanece al pie del monte. Los jefes suben con Moisés, pero no hasta el final: Moisés se adelanta solo, por ser el varón de Dios y el mediador o representante de todo el pueblo delante de Dios. La subida del Monte, impresionante en su soledad, el azul transparente del cielo en la cumbre, la irradiación del sol a través de las nubes, los prepararon para ver la Gloria de Dios. Todo esto, sin embargo, era poco. Yavé se hizo presente y lo encontraron de la manera como hombres pueden encontrar al Dios vivo “que nadie ha visto jamás” (Juan 1,18).
Esta es la sangre de la Alianza que Yavé ha hecho con ustedes. Se firma la alianza una vez proclamadas las condiciones propuestas por Yavé y de oír el testimonio de los jefes sobre la manifestación divina. Se rocían con la sangre de las víctimas, según la costumbre de aquel tiempo, ambas partes del contrato. El altar representa a Yavé y recibe la aspersión. Habrá que recordar estos detalles para entender las palabras de Jesús al celebrar su Ultima Cena con sus apóstoles: “Esta es mi sangre, la sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada para la muchedumbre (Marcos 14,24). Jesús firmará con su propia sangre la Nueva Alianza.
En los versículos 12-18 se mencionan las tablas de piedra (en que estaban escritos probablemente los diez mandamientos)y que después se guardaron en el Arca. También se habla de los cuarenta días que permaneció Moisés sobre el Sinaí (es una cifra simbólica); esto quiere expresar la larga preparación y la perseverancia necesaria al hombre que quiere conocer algo más del Dios misterioso y ser recibido por él.