Josías, aprovechando la decadencia del imperio asirio, acababa de conquistar una parte del país de Israel del norte que desde un siglo atrás era provincia asiria. Ahí también va a destruir todos los santuarios, ídolos y costumbres que ofenden las exigencias de Yavé.
Durante unos pocos años los profetas creyeron que no se cumplirían las tan frecuentes amenazas de Yavé que anunciaban la destrucción total de Israel. Aún, ven en la reconquiste el anuncio de los tiempos felices en que el Mesías reunirá a Judá e Israel en un solo pueblo con una Nueva Alianza (Jer 31,27).