Anotación a 1 Re 2, 1

      No es necesario pensar que David pronunció las palabras de este “testamento”. Según los usos de ese tiempo, el autor compuso estas líneas para describir la situación al empezar el nuevo reinado.
      Cumple las leyes de Yavé tu Dios y haz lo que le agrada. Esa es toda la sabiduría de Israel: si Salomón permanece fiel a Yavé como lo fue su padre, su reino será próspero.

      Después vienen las venganzas de David, las cuales nos chocan bastante. Quizás hay que ver en ellas la imperfección de David, por grande que sea. Sin embargo, muy posiblemente se le atribuye a David venganzas que fueron, en realidad, decididas por el solo Salomón.

      Salomón va a ser el ejemplo del hombre dotado por Dios de todo lo que se puede desear. David, con sus victorias, le dejó un pueblo fuerte. La economía era sana y el pueblo dinámico. “Salomón el magnífico” derrochará todo, siendo en esto la figura de su pueblo: colmado de favores por Dios, “se sacia, engorda como el toro y después se resiste y rechaza a su Dios” (Deut 32,15). Esta vida de Salomón tiene mucho que ver con el relato del Génesis 2-3, donde Adán comienza enriquecido por los dones de Dios y termina en el pecado.

      El libro muestra a Salomón en las tres actividades que hacían famoso a un rey:
– Su sabiduría, cap. 3-5.
– Sus construcciones, cap. 6-8.
– Sus negocios, cap. 9- 10.

      El relato se concluye en el cap. 11, con el juicio de Dios sobre este reino: se preparan divisiones y reveses.