Anotación a 1 Re 19, 1

      Elías tuvo miedo y huyó para salvar su vida. Elías podía esperar un triunfo personal. Acaso pensaba que con milagros el pueblo volvería a Dios. Todo lo contrario. Pasada la conmoción del momento, el pueblo vuelve a su indiferencia: Jezabel todavía reina, y Elías debe huir. Así pues, el milagro no solucionó nada. La conversión del pueblo será obra larga y sacrificada.
      Se puede ver en el mapa cómo Elías atraviesa de norte a sur los dos reinos de Israel y de Judá. El Carmelo dista 250 kms. de Bersebá, último pueblo antes del desierto, en el sur de Judá.
      El camino será largo para ti. Elías iba solamente a la entrada del desierto para ponerse a salvo, pero Dios lo lleva mucho más allá. Se le da un pan misterioso que recuerda el maná de los hebreos en el desierto y al pan eucarístico que dará Jesús para nuestro camino espiritual (Juan 6,8).
      Caminó cuarenta días y cuarenta noches. Los cuarenta días son una cifra simbólica que recuerda a Moisés. Elías va al encuentro de Yavé. Jesús mismo irá al desierto como a una prueba necesaria, y nosotros también necesitamos en ciertos momentos “ir al desierto”, o que Dios, a la fuerza, nos ponga en el desierto, es decir, a solas con nuestra pobreza para saber mejor cuánta falta nos hace. (V. también Oseas 2,16). El camino solitario de Elías anuncia el itinerario que habrán de emprender los que buscan a Dios. Por más que necesitemos el apoyo del cónyuge, de los compañeros, de la Iglesia, cada uno sigue su propio camino, y Dios lo llama a buscar personalmente este encuentro con él.
      Así llega Elías al Horeb: es el otro nombre del Sinaí, donde Yavé se había dado a conocer a Moisés cuatro siglos antes.
      Sal porque Yavé va a pasar. Al que arde de un amor celoso por Dios, éste le manifiesta su ternura más allá de todo lo que pueden imaginar los hombres. Así, Yavé se da a conocer en la brisa suave mejor que en el huracán y el terremoto.
      ¿Qué haces aquí Elías? Primeramente, Dios pregunta y obliga al profeta a descubrir lo íntimo de su corazón. Pero en Elías no hay sino el amor celoso por Yavé. A su vez, éste revela sus designios infalibles.
      Jazael, Jehú, Eliseo. Yavé revela a Elías el porvenir de Israel con toda su trágica verdad: el Reino, empezado con la gloria de David y Salomón, está destinado a desaparecer. Esto será el resultado de la desobediencia del pueblo.
– Jazael, rey de Siria, es el rey enemigo que va a vencer y humillar a Israel.
– Jehú, destruirá la familia de Ajab y exterminará a los adoradores de Baal.
– Eliseo transmitirá las palabras amenazantes de Yavé.
      Sin embargo, Israel no desaparecerá totalmente, pues Dios se reserva un Resto expresado en forma simbólica por “7,000 hombres que no adoran a Baal.”

      Esta revelación aclara la misión de los profetas de la Biblia. La mayoría de los profetas y los más grandes de ellos vivieron durante los tres siglos en que Israel pasó de la gloria de Salomón a la cautividad en el Destierro.
– Trataron de detener la infidelidad del pueblo escogido que iba a su ruina.
– Llamaron a una conversión del corazón.
– Enseñaron el porvenir maravilloso que Dios reservaba al “Resto” de Israel, después de la destrucción de su reino material en tierra de Palestina.