Anotación a 1 Re 16, 29

      Ajab hizo lo que desagradaba a Yavé y fue peor que todos los reyes anteriores. A partir de este texto, y durante los seis capítulos que siguen, no se tratará más que del reino de Ajab en Israel. La importancia no le viene de Ajab sino de la crisis religiosa que se produjo y del profeta Elías que actuó en esos años. Ajab empieza a reinar en el año 874 antes de Cristo.
      Tomó por esposa a Jezabel, hija del rey de los sidonios. Los tiros y sidonios eran un pueblo antiguo y próspero que vivía en los puertos del norte de Palestina y se llamaban también fenicios. Su rey Hiram había sida el aliado de David. Sin embargo, sus ciudades eran el centro de la influencia pagana que contaminaba a Israel. Bajo el reino de Ajab, se produce una grave crisis de fe.

      Con sus victorias, David había integrado a su reino numerosos grupos cananeos. Ellos guardaron sus prácticas paganas que contaminaron la fe de Israel. El fervor bajó insensiblemente. Cuando se hizo sentir la influencia de los tirios, de la misma religión que los cananeos, se pudó comprobar súbitamente que ésta había vencido la fe en Yavé: los israelitas se habían dejado arrastrar por los cultos de Baal y Astarté.
      Los baales eran dioses dueños de la vida y del sexo, de la lluvia y del temporal. Las astartés eran diosas del amor y de la fecundidad. Ambos eran dioses muy ajustados a la cultura de un pueblo de agricultores. Se celebraban alegres fiestas para las estaciones del año, la siembra y la cosecha. Ya que presidían la fecundidad, se les hacía votos al tener relaciones con las prostitutas que les estaban consagradas. De ahí viene que la palabra prostitución designe en la Biblia tanto la deshonestidad como el abandono de Yavé para prostituirse con otros dioses. No todo era Malo en esa religión: no se equivocaba cuando celebraba la vida. Sin embargo, mantenía a la gente al nivel de sus instintos.

      Jezabel usa su poder para una persecución sangrienta. Primero son asesinados los profetas de Yavé. La mayoría de ellos eran de los que ya presentamos en 1 Sam 19,18. Frente a ellos existían comunidades rivales de profetas de BaaI.
      Jetel sacrificó a Segub su hijo menor. Con la influencia de los cultos paganos, vuelve la costumbre de sacrificar a los niños.