Anotación a 1 Jn 1, 5

      Andar en la Luz: esto es la vida del cristiano. Y Juan presenta las cuatro condiciones que permiten estar seguros de que andamos en la Luz: renunciar al pecado, cumplir los mandamientos, no amar al “mundo”, y proclamar su fe libremente. Aquí se va a tratar de la primera condición.
      Más allá de las diferentes verdades que descubren los hombres, hay una luz que es la Verdad total. Esta no se divide: uno está o no está en la luz. No se trata de puros conocimientos; es el hombre total que actúa, vive, anda en la Luz. La fe da la luz y nos libera de muchas trabas:
– la visión parcial del no creyente que no logra respetar los diferentes valores: por ejemplo al buscar el orden desconoce el ansia de justicia, o al luchar por la justicia atropella los derechos de su prójimo;
– la inquietud del que no tiene norte y acalla sus propias dudas, lanzándose a una actuación desenfrenada;
– los sectarismos que impiden ser “hermano universal”.
      La Iglesia nos hace adquirir una visión global del hombre total. Esta es una de las riquezas que el cristiano, sobre todo el militante, debe compartir con sus compañeros.
      Primer criterio para saber si andamos en la Luz: ¿nos apartamos del pecado? Para entener bien lo que dice Juan, es preciso saber que quiere rebatir a algunos “falsos profetas” que decían: “por el hecho de ser cristianos permanecemos unidos a Dios; entonces no importan los pecados que pueda cometer el cuerpo”. Juan afirma que si uno se decide por Dios, no puede seguir entregándose al pecado. Es cierto que nadie está sin pecado; todos necesitamos de la salvación de Cristo; al confesar el pecado somos perdonados; pero el mismo perdón nos obliga más a dejar el pecado.
      Juan nos invita a confesar a Dios nuestros pecados, es decir, a reconocerlos humildemente ante él, confiados en su bondad. Si no hubiera esta actitud, el sacramento de la “confesión” no tendría valor. Pero al revés, confesar nuestras culpas en el sacramento de penitencie ayuda fuertemente a tener el corazón abierto ante Dios.