Cuando Isaías anunciaba la venida del Emanuel y una nueva “victoria de Madián”, la esperaba para pronto. Veía que los acontecimientos corrían hacia una crisis en que Dios daría la victoria a su pueblo.
Pero cuando, después del Destierro y de la vuelta a Palestina (en 530), el tiempo se fue alargando, muchos judíos se desesperaron al ver que la historia no salía de su cauce. Desconfiaron de las fuerzas humanas para preparar algo realmente nuevo y pusieron toda su esperanza en una intervención sobrenatural de Dios que conmovería el orden del mundo.
Esta espera se expresa en los presentes capítulos 24-27, que fueron introducidos en el libro de Isaías mucho tiempo después de él, cuando los judíos volvieron a su tierra. Los poemas estén entrecortados por salmos y oraciones.
Se pueden notar los siguientes puntos:
– 25, 6-9: El banquete de los salvados después del Juicio. Juan usa estas imágenes en el Apocalipsis 7,17 y 21,4.
– 27, 2-5: Un Canto de la viña, que se contrapone al canto amenazador de Isaías en 5, 1-7.
– 26, 7-21: Salmo de esperanza que destacamos.