Anotación a Gál 2, 11

      En la Iglesia, Pablo se cree autorizado a reprender al mismo máximo responsable, al primer Papa. Jesús le prometió a Pedro que su fe no fallaría; no le dijo que nunca se equivocaría.

      Los judíos no comían con los no-judíos paganos, pues esto hubiera sido para ellos una “impureza”, una mancha. Pero cuando se convertían y entraban a la Iglesia, si hubieran conservado esta actitud respecto de sus hermanos cristianos de otra raza, habrían mantenido una división inaceptable entre hombres renovados por Cristo.
      Pedro sabe que todos son iguales ahora y acepta, por su parte, no tomar en cuenta la Ley. Pero tiene miedo a lo que pensarán sus amigos y compatriotas. No se da cuenta que por darles en el gusto, está comprometiendo la evangelización de los que no son judíos. Pues ellos, al ser considerados impuros en la Iglesia ya no están en su casa y entonces tendrán que adoptar toda la ley de los judíos para estar puros, y apartarse de su ambiente y de los de su raza; o, si no, serán en la Iglesia una clase postergada.
      Es fácil ver que el problema sigue de actualidad. A veces los jefes de la Iglesia son personas de cierto nivel social. No por eso los fieles han de imitar sus modales, ya que la Iglesia es de todos los ambientes.
      En su seno, la Iglesia debe eliminar toda diferencia de clase, para después luchar contra las discriminaciones que abundan en la sociedad. Es fácil comprobar que los hombres que pertenecen a ambientes campesinos u obreros son despreciados y postergados cuando no pueden seguir los usos y costumbres de la gente acomodada. Con esto, muchos de ellos tienen vergüenza de lo que son: no han llegado a ser realmente libres.
      La firmeza de Pablo salvó a la Iglesia. Cincuenta años más tarde. las Iglesias de raza judía no habían progresado, mientras que los cristianos convertidos del paganismo conquistaban el mundo romano.

      Kefas. Ese es el nombre que Jesús dio al apóstol Simón (v. Juan 1,42). Kefas, en idioma judío, significa Piedra y acostumbramos a decir Pedro.